Author: Giorgio Dellacasa
Texts: Laura Manione, Giorgio Dellacasa
Sponsorship: Ambasciata Repubblica Cuba e Ass. Naz. Amicizia Italia-Cuba
Pages: 108 + endpapers
Languages: Italian/Spanish
Year: 2024
Format: 265x210 mm
Binding: Hardback paperback cover
ISBN 978-88-94-7614-3-6
€ 35,00
Las imágenes de Giorgio Dellacasa, pertenecientes a la segunda generación de fotógrafos occidentales que arribó a la isla entre finales del siglo pasado y nuestros días –entre los que se encuentran Martin Parr y, sobre todo, Alex Webb– se inscriben plenamente en la denominada fotografía callejera, o eso podría parecer. Sin embargo, el condicional es obligado, ya que es preciso incluir ese instinto de viajero auténtico que mueve al ser humano a la comprensión y la inclusión, al tiempo que rehúye toda forma de depredación, incluida la depredación visual de la que a menudo está impregnada la fotografía callejera.
Así, en los breves textos autógrafos que acompañan el libro y lo transforman idealmente en una especie de cuaderno ilustrado y nos permiten adentrarnos en los entornos neurálgicos y periféricos de la capital de una manera no invasiva.Empezando por el título, en el que se habla de intercambio de miradas– se trata realmente de una conversación y no de un monólogo, con todos los matices que, aplicados a la gramática fotográfica, sugieren una conversación amistosa.
Las luces suaves o filtradas pulen los tonos e invitan a la intimidad; las amplias y nítidas zonas de sombra marcan quizá un silencio impenetrable, estableciendo un límite a nuestra presunción; la proximidad o distancia con los individuos, así como sus gestos, miden el espacio de interlocución y admiten distintos grados de confianza. Además, al estar presentes en varias imágenes, los encuadres semisubjetivos o «naturales», como los definía Luigi Ghirri, además de guiar la mirada, nuevamente actúan como elementos discursivos, ya que introducen breves pero agudos comentarios al diálogo.
En definitiva, Giorgio Dellacasa no habla de La Habana, habla con La Habana.
Si lo consigue, la fotografía tiende más a plantear preguntas que a dar respuestas, y precisamente estas fotografías se prestan a ser cuestionadas y a cuestionarnos. Página tras página, nos preguntan si en la mirada que La Habana sabe devolvernos, somos capaces no solo de reconocer a los demás, sino de vernos a nosotros mismos en los demás, en lo que nos hemos convertido o lo que podríamos haber sido.
(desde la introducción de Laura Manione)